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Extraña obsesión de jueza

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Publicado: 2014-06-06

Esta es la historia de una magistrada que por conseguir su tan ansiada sentencia, antes de que su juzgado se cierre por conversión y reubicación, dispone diligencias que colindan con el capricho, el abuso y la persecución. 

Margaret Huamán Ponce no puede creer lo que le está sucediendo. Hace cuatro años y medio viene siendo procesada porque la acusan de haber calumniado a una jueza y ahora se ha topado con una magistrada que parece tener como mayor distintivo la tozudez.

Resulta que debido al tiempo que lleva su caso, este ya se encuentra prácticamente prescrito. Esto se le ha hecho saber a la jueza Corina Trujillo Peralta (se ha solicitado una prescripción extraordinaria), pero ella ha dicho que este caso lo va a resolver con una sentencia.

El juicio se ventila en el 41° Juzgado Penal de Lima, que a partir del lunes 5 de mayo entró en un proceso de conversión y reubicación para insertarse en la nueva Corte Superior de Lima Este, con sede en Chaclacayo.

Este proceso, que debió terminar antes del sábado 31, tendría que incluir la resolución de los procesos penales que están listos para la sentencia. Eso explicaría las actitudes que vienen adoptando la jueza y su secretaria.

Vía crucis interminable. El actual momento que vive Huamán Ponce es de cuidado. Con un avanzado estado de gestación (bordea los nueve meses), los sentimientos que la embargan son encontrados: por un lado, espera con expectativa la llegada de su bebé; por otro, está llena de incertidumbre y temor.

Y no es para menos, pues desde hace tiempo es acosada y perseguida por la jueza en mención, quien parece estar obsesionada con lograr la sentencia antes del cierre de su juzgado.

La justiciable, ante esta enfermiza obstinación, está con amenaza de aborto, motivo por el cual ha presentado su respectivo descanso médico que en principio fue rechazado por la secretaria Jhanet Sánchez, pero que luego de tanta insistencia se lo tuvieron que recibir.

Pese a que ese juzgado ya no recibe ningún escrito por estar cerrado, de manera subrepticia sí elabora resoluciones judiciales y decretos en tiempo récord, como la notificación que le hicieron llegar a Margaret para la sentencia del pasado 26 de mayo.

Todo parece indicar que la obsesión de la magistrada Trujillo Peralta obedece al deseo de congraciarse con su colega María Teresa Cabrera Vega, que es la denunciante.

La ojeriza contra Huamán Ponce se debería a que, el 1 de diciembre de 2010, tuvo la valentía de denunciar a Cabrera Vega en el programa “El Francotirador” del siempre polémico periodista Jaime Bayly.

En ese programa Margaret aseguró haber sido testigo cuando la jueza María Teresa Cabrera Vega, titular del 17° Juzgado Penal de Lima, recibió dinero por un soborno de parte del padre del futbolista Paolo Guerrero.

Esto, según la exsecretaria de la jueza Cabrera, habría ocurrido el 14 de setiembre de 2009, durante una reunión realizada en el domicilio del doctor César Vega Vega, expresidente de la Corte Superior de Justicia de Lima, donde se habría llegado a un acuerdo para favorecer al jugador en la querella que le había interpuesto a la periodista Magaly Medina y su productor Ney Guerrero.

Esta denuncia hecha pública en un medio de comunicación dio lugar a que la Oficina de Control de la Magistratura (OCMA) iniciara una investigación de oficio, resolviendo más adelante su archivamiento.

Igual sucedió con otras investigaciones por parte del Ministerio Público, si bien la jueza Cabrera salió airosa de esta acusación, a Margaret la persiguen y acosan hasta hoy, sufriendo así un interminable vía crucis.

El tiempo es inexorable y felizmente no se puede corromper. Hasta el cierre de esta edición, no se sabía cuál iba a ser el desenlace de toda esta historia, aunque la razón y la lógica tendrían que haber inclinado la balanza hacia una resolución por la excepción por prescripción extraordinaria, pese a que la Dra. Corina Trujillo haya intentado resolverla con la sentencia que señaló para el 30 de mayo, último día para cerrar el juzgado.

Para conseguir su objetivo, la magistrada no aceptó los descansos médicos de Margaret, además la amenazó con declararla reo contumaz si no se presentaba el viernes pasado.

Al parecer quería verla frente a ella para leerle la sentencia y así decirle a su amiga y colega: “¡Tarea cumplida!”

La jueza Corina Trujillo Peralta tendría una idea a priori de la responsabilidad de Margaret en el delito de denuncia calumniosa, porque según el auto de apertura de instrucción, la encausada acusó falsamente a la magistrada María Teresa Cabrera Vega, por los hechos incriminados ante la OCMA del Poder Judicial el 7 de setiembre de 2009.

En su defensa, Margaret argumenta que los hechos que denunció son ciertos y ella como trabajadora del Poder Judicial cumplió con dar a conocer lo que observó en esos momentos, conforme a su deber y en consonancia con sus valores.

No obstante, sin una prueba que la respalde, el único capital que tiene Margaret para sostener su versión es su propia palabra, pues, dice ella, los hechos sucedieron tan rápido que no cuenta con testigos.

Luego de la acusación que interpuso ante la OCMA, todo este tiempo ha venido sufriendo una serie de denuncias en su contra por parte de la agraviada ante la Fiscalía, el CAL y la OCMA.

Todas ellas fueron resueltas a su favor, por eso es que hasta la fecha sigue trabajando en el Poder Judicial.

En el informe oral, el abogado defensor de la inculpada hizo ver a la magistrada que el delito de denuncia calumniosa se da cuando se acusa a una autoridad por un hecho punible a sabiendas que no lo ha cometido, o se simula pruebas o indicios de su comisión que puedan servir como motivo para un proceso penal, o en el que falsamente atribuye un delito no cometido o que fue cometido por otro.

Por eso, los hechos denunciados por Margaret no constituyen delito de denuncia calumniosa, debido a que la OCMA no cubre el elemento objetivo de “autoridad” (judicial, fiscal o policial), más bien es un ente administrativo- disciplinario.

No obstante, nada de ello pareció importarle a la magistrada Corina Trujillo, quien demostró una preocupante obsesión en sentenciar a Margaret Huamán.


Escrito por

Enrique Jesús Flores Velásquez

Psicólogo Clínico Jurídico, perteneciente a la II Promoción Año 1983 "Felix de Valois del C.E.P. Santísima Trinidad-Lima-Perú.


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