Primero delfines, ahora pelícanos: ¿por qué se mueren tantas especies en la costa norte?
Cuando aún no se llega a una conclusión exacta sobre la muerte de cientos de delfines en las playas de la costa norte del país -hay quienes aseguran que se debería a los efectos de la explotación petrolera, pero otros indican que se trataría de un mortal virus-, esta vez los pescadores artesanales de estas mismas playas norteñas denunciaron la aparición de cerca de 500 pelícanos, muertos o convalecientes, sin que nadie pudiera explicarles el motivo.
Al igual que con los delfines, que representó un hecho sin precendentes, la noticia de la muerte de las aves ha dado la vuelta al mundo.
Esto informó la BBC sobre el tema:
El gobierno peruano está investigando las muertes de más de 500 pelícanos a lo largo de 70 kilómetros de la costa norte del país.Según funcionarios, las aves murieron durante los últimos días. Los científicos también encontraron los cuerpos de cinco lobos marinos e incluso el de una tortuga de mar, totalmente deteriorada.
Las autoridades expresaron su preocupación por las misteriosas muertes y anunciaron que el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) está investigando el caso y sacando muestras de los animales menos descompuestos en el lugar.
El Ministerio de la Producción informó en un comunicado que el Imarpe hizo un primer reconocimiento a lo largo de 70 kilómetros de playas desde la caleta de San José, en la región Lambayeque, aunque el panorama de muertes se extiende hasta la Reserva de Illescas, en la región Piura.
El conteo oficial es de 538 pelícanos y 54 piqueros (especie de alcatraz) muertos, en diferentes estados de descomposición, según el reporte, que da a entender que las aves murieron en la playa, en lugar de ser varadas por el mar.
Playas mortales
Los animales fueron hallados en la misma región de Perú donde los cadáveres de más de 800 delfines aparecieron este año, mientras que aún no se sabe la causa de sus muertes.
Pero fuentes citadas por la prensa nacional, como los periódicos El Comercio y Perú 21 dan cifras de 3.000 delfines y 1.200 pelícanos muertos.
Mattia Cabitza, corresponsal de la BBC en la región, informa que los primeros en notar que algo andaba mal fueron pescadores y ambientalistas, cuando aparecieron los delfines en las playas norteñas.
El viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente, Gabriel Quijandría Acosta, explicó la semana pasada que podría tratarse del morbillivirus -similar al distémper o moquillo que sufren los perros- o del virus de brucella.
Dijo entonces que se habían encontrado 877 delfines muertos, en su mayoría en estado de descomposición, en las regiones de Piura y Lambayeque.
Agregó que no es la primera vez que ocurre y que ha habido casos también en México y Estados Unidos.
Sin embargo, como indica nuestro corresponsal, los científicos no han descartado que las actividades mineras y la contaminación resultante podrían ser la causa de este desastre ecológico.
En particular la exploración petrolera podría afectar a los delfines, que emplea ondas sísmicas que causan un impacto acústico al parecer fatal en los cetáceos.
Misterio sin explicaciones
Hay discrepancia en las cifras de delfines muertos: según el Imarpe son aproximadamente 800, pero otras fuentes dicen que son más de 3.000.
El presidente de la Asociación de Pescadores Artesanales de Puerto Eten, Francisco Ñiquen, informó a la prensa peruana que durante un recorrido por las playas del norte se puede observar que decenas de animales agonizan, sin que nadie pueda hacer nada para salvarlos.
Por su parte, el conservacionista Heinz Plengue, también citado por los medios, recordó que desde enero pasado cientos de delfines han sido encontrados varados por causas aún no determinadas y siguen apareciendo.
Ambos han manifestado su preocupación por la posibilidad de una propagación del virus a los seres humanos que toquen a los animales muertos.
Otra posible causa de la misteriosa muerte de los pelícanos es la escasez de anchoas en la región, provocada por el predominio de las aguas templadas de la Corriente del Niño.
La anchoa o anchoveta, como se le llama en Perú, es un pez de aguas frías que migra hacia el sur cuando baja el Niño, dejando a las aves sin su alimento esencial.