El 11 de agosto, cuando Víctor Caballero asumió el cargo de jefe de la Oficina de Gestión de Conflictos Sociales de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), todavía se mantenía (y se mantiene aún) vigente el Reporte de Conflictos Sociales número 89 , elaborado por la Defensoría del Pueblo. El documento señala que a la fecha hay un total de 214 situaciones de conflicto en el país, de las cuales 135 se mantienen como activas, 79 latentes y 85 en vías de diálogo. El estudio indica, además, que las regiones con más conflictos son Áncash (17), Cajamarca (18) y Puno (22); esta última es –dato que hay que tomar en cuenta- una de aquellas en las que Ollanta Humala obtuvo la mayor cantidad de votos durante las recientes elecciones presidenciales.

Caballero lleva ya varios años analizando qué y quiénes provocan un conflicto social, cómo y por qué se desarrollan y cuáles son las consecuencias. Ha estudiado también las fallas en los procesos de negociación entre las partes involucradas. Él dice que no es inteligente guiarse por los informes de la Defensoría desde el plano numérico, sino que lo más importante es analizar cada uno de los conflictos, cada una de las situaciones. No hay dos conflictos iguales, pero tampoco son del todo distintos entre sí.

“Lo que se debe hacer es buscar salidas políticas”, asegura Caballero. Ahora hay 214 conflictos contabilizados, es cierto, pero también es verdad que esta cifra ha disminuido en los últimos meses (en setiembre de 2009 eran 288, entre activos y latentes). “Ahora hay menos; hay un agotamiento de las medidas de lucha, pero hay también una madurez de la población que ahora busca mecanismos de diálogo y de los agentes participantes de un conflicto”, opina.

Apenas cuatro días después de que Caballero se instalara en su nueva oficina, el dirigente puneño Walter Aduviri, representante del Frente de Defensa de los Recursos Naturales de la Zona Sur de Puno, anunció que las bases de este frente seguirán oponiéndose a la minería en la región, y amenazó tácitamente con iniciar una jornada de protesta similar a la registrada en julio pasado. Así lo informó El Comercio:

No da marcha atrás. El dirigente aimara Walter Aduviri sostuvo esta mañana que espera reunirse con el presidente Ollanta Humala en los próximos días para alcanzarle un petitorio de medidas a favor de los pueblos de la zona sur de Puno. Sin embargo, a pesar de que dijo que buscará el diálogo y la concertación, fue tajante al sostener que no permitirá que la minería ingrese al altiplano.

“En esta jurisdicción no ha habido minería, en eso vamos a ser tajantes, no debe haber y no la habrá, con eso estoy diciendo todo. Es la petición de la población, nunca ha habido y vamos a trabajar en otras actividades. Creemos que eso es el consenso democrático (…) no nos pueden imponer, sino sería una dictadura”, afirmó en entrevista con Canal N.

Pocos días después se iniciaría un debate a todo nivel sobre un tema que podría significar, como lo ha sido siempre, un largo y delicado conflicto social: la erradicación de los cultivos en zonas cocaleras. Pero él lee el asunto desde otro ángulo: “Enviar a morir a policías, soldados, fiscales y erradicadores es una irresponsabilidad. La estrategia tiene que ser bien pensada”. Caballero, en los estudios que ha llevado a cabo, encontró que la lucha contra el narcotráfico en zonas cocaleras ha causado ya cerca de 240 muertes, de las cuales 120 corresponden a policía y militares, y una cantidad similar a víctimas de los ajustes de cuentas entre las bandas organizadas.

En esta misma seguidilla de sucesos vinculados de una u otra manera a la oficina que Caballero dirige, esta semana varias bancadas opositoras del Congreso exigieron que se suspenda el tantas veces postergado debate sobre la llamada Ley de Consulta Previa, para someterlo a votación primero en la comisión correspondiente. La no aprobación de este proyecto fue el combustible de muchas de las protestas registradas durante el gobierno de Alan García. Esto, por supuesto, parece no importarle a cierto sector de los políticos. “La legislatura pasada aplicó la estrategia del ‘Perro del hortelano’. En realidad no se quería recoger la demanda de la población”, opina Caballero, quien tendrá que lidiar, uno por uno, con los conflictos que nazcan de la insólita postergación de este dictamen.

En el año 2009, Víctor Caballero elaboró un informe titulado “El rayo que no cesa: conflicto y conflictividad social”, en el que trataba de encontrar respuestas a la pregunta de por qué un conflicto social puede llegar a tener desenlaces trágicos antes de que se encuentre una vía inteligente de solución. En el texto (que puede ser descargado aquí), se lee:

El conflicto sobreviene cuando diversos grupos se esfuerzan por aumentar o acceder al poder; desde esta , el cambio, producto de este conflicto, va a engendrar nuevas tensiones y conflictos…

“El rayo que no cesa” es, por cierto, un título prestado de un conocido poema de Miguel Hernández, acaso una de las voces literarias más importantes de la España del siglo XX, y cuyos versos revelan un amor destemplado, absoluto y doloroso. ¿Por qué escogió ese título para su estudio?, le preguntamos a Caballero. Este respondió: “Las pasiones humanas nunca cesan, no descansan. Los conflictos son también pasiones humanas”. Y estos a veces resultan ser, también, destemplados, absolutos y dolorosos.

Informe Conflictos Sociales - Versión Final 11 de JulioCUADROS Y GRÁFICOS